Salir del Estancamiento

Una mujer joven fue a hablar con su padre y le dijo:

“¡He venido a pedir ayuda! mi problema es que estoy constantemente atrapada en el mismo lugar, siento que no avanzo, que no progreso, que mi vida está estancada, me siento perdida, no consigo adaptarme en ningún lugar. He tenido varios trabajos y no me quedo con ninguno, he tenido varias citas con chicos y no quiero casarme con ninguno. No sé dónde quiero vivir, no sé si es bueno hacer un viaje o no hacerlo, No sé qué quiero, ni tampoco sé lo que me conviene.”

El padre le respondió de inmediato:

“Hija, en este caso, ni siquiera necesito pensar demasiado, porque también pasé por tu situación. La diferencia es que yo no tenía a quién preguntar. Así que me dispuse a encontrar la solución por mí mismo. Un día decidí salir, pasé por muchos pueblos y aldeas, barrancos y arroyos, viñedos y huertas, caminé sin parar. Buscando una respuesta a la derecha, campos a la vista a la izquierda y más allá, y no encontraba ninguna respuesta.

Después de muchas horas de caminar vi que al final de la montaña había un muro muy cerca del camino. Desde la distancia pude ver que era una pared llena de manchas de colores. Algunas en lo alto, algunas en la parte de abajo y algunas dispersas en el medio. Rápidamente me acerqué y me paré frente a la pared. Entonces vi que esos puntos de colores tenían círculos en el centro, como si fueran blancos de flechas. Y constanté que en cada uno de los círculos exactamente en el centro, había una flecha bien sujeta. Inmediatamente me pregunté: ¿Quién podría hacer un trabajo tan preciso? Pero no había nadie allí para preguntar, así que seguí caminando.

 Después pude ver que en la cima de la montaña había una casita y en el patio trasero de la casita, había una niña mucho más joven que yo. Entonces me acerqué a ella y le pregunté: ¿Sabes quién disparó las flechas a los blancos en la pared junto al camino? Ella se levantó y tímidamente respondió, fui yo.

Pero ¿cómo puede ser eso? Le pregunté: ¡Eres tan joven!

La verdad, respondió la joven, es que primero tiré las flechas y luego dibujé los círculos.

Desde entonces, dijo el padre a su hija:

Aprendí que antes de buscar lo que me conviene dentro de todas las opciones, tengo que tomar aquella opción que Hashem me ha dado, saber que esa es la correcta para mí y construir mi vida alrededor de eso.

 

Este artículo fue basado y adaptado de los enseñamientos del Rabino Nissim Simchon de Israel. Escrito originalmente para la tercera edición de la Revista Benaya Contigo en Shabat publicada por Coaching Kosher. 



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